6.8.12

El mejor regalo para Bogotá en su cumpleaños / opinión

El mejor regalo para Bogotá en su cumpleaños / opinión:
Quienes hemos nacido, crecido, padecido y gozado a Bogotá tenemos muchos motivos para celebrar cada nuevo onomástico.
En esta ocasión, 474 años desde que el conquistador español, Gonzalo Jiménez de Quesada, advirtió, al lado de 500 hombres que le acompañaban, que en esa extensa sabana paramuna podría erigirse el Nuevo Reino de Granada. Muchísimas cosas han cambiado desde entonces.



De las doce chozas y la iglesia que se erigieron para darle vida a lo que hoy es Bogotá, se pasó a una metrópoli de 8 millones de habitantes, epicentro de una actividad cultural reconocida en toda América Latina, con un potencial económico y turístico que hoy la enaltece y la hace atractiva para la inversión. Bogotá ocupa los primeros lugares como destino favorito para ejecutivos. En ella tienen asiento dos de las universidades más prestigiosas de la región, Los Andes y La Nacional.
Como toda ciudad grande, la capital de Colombia no ha estado exenta al agite, el caos y el bullicio. Para algunos, es parte del atractivo que poseen las ciudades modernas, entre otras, porque es una ciudad de todos. Aquí conviven gentes provenientes de todos los rincones del país y de todas las condiciones sociales. Se calcula que por lo menos el 18 por ciento de la población nacional habita en Bogotá y que es precisamente esa variedad de culturas lo que la hace tan especial.
No es difícil encontrar en su vasta geografía -que incluye 20 localidades, montañas, recursos hídricos que alimentan otra decena de municipios vecinos y un clima frío producto de estar casi a 3.000 metros sobre el nivel del mar- un cúmulo de colonias que han hecho de Bogotá una ciudad más diversa y tolerante. Cada una de ellas ha aportado algo para hacer de la capital un verdadero corazón de manifestaciones artísticas, gastronómicas, deportivas y políticas. Y todo ello irrigado en cada rincón de la ciudad.
Hoy, 474 años después, aún es posible encontrar vestigios de la ciudad de colonia, gestora del llamado grito de independencia y sede, desde siempre, de los principales poderes públicos y económicos del país. También quedan recuerdos del paso del período republicano, cuando a la ciudad, al tiempo que la invadían las guerras civiles que se propagaron por toda la nación, también la contagiaban los avances más significativos en materia de urbanismo, servicios y transporte.
Si tuviésemos que endilgarle algún adjetivo a Bogotá para celebrar estos 474 años, tendría que ser el de la tenacidad. Y ese es el mejor regalo que hoy, y día tras día, merecería seguir recibiendo: el del empuje de sus gentes, la decisión de seguirla haciendo próspera, atractiva, laboriosa y símbolo de progreso permanente. Los desafíos siguen siendo enormes: consolidarla como el destino número uno para el turismo empresarial y familiar; posicionarla como la ciudad más atractiva para la inversión y el asentamiento de nuevas empresas, y valorarla por su legado histórico, por su diversidad presente y por su inconmensurable futuro.
Hoy, quienes tenemos el privilegio de posar los pies sobre el suelo bogotano, podríamos hacer un alto en el camino y admirar por un instante la majestuosidad que ofrece la capital. En medio de todos sus problemas y todas sus penurias, seguramente habremos de encontrar el motivo que nos permitió habitar en ella, que nos permite seguir haciéndolo, y entonces tendremos la capacidad de admirarla y de darle una oportunidad para ser mejor.
A lo largo de estos casi 500 años de historia, Bogotá nos ha dado todo lo que tiene y todo lo que posee para alivianar nuestras cargas; es hora de que sean sus habitantes, de aquí y de allá, quienes, aunque sea con un gesto de admiración y algo de solidaridad, le reconozcan ese pequeño legado.
Feliz cumpleaños, Bogotá.
ERNESTO CORTÉS

Editor Jefe de EL TIEMPO

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